Un espectáculo tecnológico fascinante ha cautivado al mundo.Durante la Gala del Festival de Primavera, celebrada en China, 16 robots humanoides Unitree H1 Fuxi ejecutaban una coreografía tradicional china llamada yangge junto a bailarines humanos.
La actuación, dirigida por el reconocido director chino Zhang Yimou, demostró las capacidades asombrosas de estos robots, capaces de imitar con precisión los movimientos complejos y elegantes de la danza folclórica, desde giros suaves hasta patadas precisas.
Estos robots no solo caminan, se mueven con una gracia y fluidez que desafía nuestras expectativas, comenta un experto en robótica, la tecnología de inteligencia artificial detrás del Unitree H1 Fuxi es realmente innovadora.
El Unitree H1 Fuxi, impulsado por tecnología de control de movimiento corporal basada en IA, posee un par máximo de articulación de 360 Nm y una percepción de profundidad panorámica de 360 grados.
Según la empresa, los algoritmos de IA permiten que el robot comprenda la música y ajuste sus movimientos en tiempo real.
Cuenta con tecnología SLAM 3D láser que le permite navegar con precisión en entornos complejos.
La elección del nombre Fuxi, homónimo de un antepasado mítico chino simbolizando las bendiciones tecnológicas, refleja la ambición de Unitree por integrar la robótica en aspectos culturales importantes de China.
La viralización del baile en redes sociales ha generado opiniones diversas, desde admiración por la precisión y belleza del movimiento hasta comparaciones con otros robots humanoides como el Optimus de Tesla.
Es una demostración clara del avance tecnológico chino, afirma un analista de mercado, mientras que empresas como Tesla se enfocan en tareas domésticas o asistenciales, Unitree está explorando el potencial artístico de la robótica.
La actuación del Unitree H1 Fuxi plantea preguntas fascinantes sobre el futuro de la interacción entre humanos y robots.
¿Podría la robótica transformarse en una nueva forma de expresión artística? ¿Cómo afectará esta tecnología a nuestra cultura y sociedad?
Las respuestas a estas interrogantes aún están por escribirse, pero la coreografía robótica del Festival de Primavera es un indicio de que el futuro de la interacción humano-robot será más complejo e intrigante de lo que imaginamos.