Las Islas Salomón, un archipiélago situado en Melanesia a 1800 kilómetros al noreste de Australia, albergan un fenómeno fascinante: un 10% de su población, con piel oscura, posee cabello rubio brillante.
Durante décadas, este rasgo se atribuyó a una migración europea, pero un reciente estudio publicado en la revista Science ha desmentido esta teoría, revelando que el origen del cabello rubio isleño reside en una mutación genética única de la región.
El equipo del genetista Sean Myles analizó el ADN de 1209 isleños, descubriendo que los individuos con cabello rubio comparten una mutación específica en un gen relacionado con la pigmentación.
Esta mutación, una sustitución de una C por una T en el código genético, disminuye la producción de melanina en el cabello, resultando en el color rubio.
Este cambio genético es exclusivo de las Islas Salomón y no se encuentra en ninguna otra población mundial analizada, afirma Myles.
Esto descarta la hipótesis de un origen extranjero y presenta un claro ejemplo de evolución convergente.
En este caso, la mutación que produce el cabello rubio isleño no está relacionada con las variantes genéticas responsables del mismo rasgo en Europa.
Rasmus Nielsen, genetista de poblaciones de la Universidad de California, Berkeley, destaca la importancia de este hallazgo: Este estudio ilustra que hay mucho que ganar en genética humana al observar poblaciones pequeñas y aisladas.
El descubrimiento desafía la idea eurocéntrica de que el cabello rubio es exclusivo de las poblaciones europeas, abriendo un nuevo camino para comprender la diversidad genética humana.
La investigación en comunidades poco exploradas como las Islas Salomón puede revelar mutaciones con implicaciones médicas y biológicas aún por descubrir.
El estudio del cabello rubio isleño no solo nos ofrece una visión fascinante sobre la evolución, sino que también nos recuerda la riqueza y complejidad de la diversidad genética humana.