Ferdinand Porsche, el reconocido ingeniero automovilístico, no solo marcó la historia con sus revolucionarios diseños de coches deportivos, sino que también sentó las bases para una tecnología que años después se convertiría en fundamental para la exploración espacial.
Hace casi 125 años, a los 24 años de edad, Porsche codiseñó el Lohner-Porsche, un vehículo eléctrico innovador que incorporaba motores eléctricos integrados directamente en las ruedas delanteras.
Este sistema, denominado motor de cubo de rueda, eliminaba por completo la transmisión intermedia y permitía al vehículo alcanzar una velocidad máxima de 32 km/h.
Contaba con un sistema de frenado en las cuatro ruedas, una característica revolucionaria para la época.
La innovación que marca un hito en este vehículo es la eliminación total de la transmisión intermedia mediante la integración de los motores eléctricos en las ruedas delanteras, destacó el diario alemán Berliner Zeitung al presentar el vehículo en la Exposición Universal de París de 1900.
El sistema modular diseñado por Porsche y Ludwig Lohner podía adaptarse a distintos tipos de vehículos, desde turismos hasta camiones pesados, con potencias que alcanzaban los 12 CV por rueda.
Aunque la autonomía limitada de las baterías (unos 50 kilómetros) y la falta de infraestructura para su recarga impidieron una mayor popularización, el sistema Lohner-Porsche marcó un hito en la historia de la movilidad eléctrica.
El talento técnico, el diseño creativo y el ansia de mejorar las soluciones existentes constituían una combinación armoniosa en Ferdinand Porsche, refiere un experto del sector automotriz.
De hecho, el éxito del sistema se vio reflejado en que se fabricaron unos 300 vehículos basados en la tecnología Lohner-Porsche, algunos destinados al Cuerpo de Bomberos de Viena y otros utilizados como taxis o adquiridos por particulares.
Curiosamente, la tecnología pionera de Porsche resurgiría décadas después con un nuevo propósito: llegar a la luna.
Los tres vehículos lunares de la NASA utilizados en las misiones Apolo 15, 16 y 17 se impulsaban con motores de cubo de rueda eléctricos, una clara muestra del legado perdurable de la innovación de Ferdinand Porsche.
Es un hombre con una gran carrera por delante, van a oír hablar mucho de Ferdinand Porsche, profetizó Ludwig Lohner, antiguo jefe de Porsche, durante la Exposición Universal de 1900 en París.
Y así fue, el nombre de Ferdinand Porsche se convirtió en sinónimo de innovación y excelencia automovilística, dejando un legado que trascendió las fronteras del mundo terrestre para alcanzar el espacio.