Durante décadas, los científicos han asumido que el código genético, la base de la vida como la conocemos, evolucionó gradualmente a través del tiempo.
Un nuevo estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) pone en tela de juicio esta creencia fundamental.
Investigadores han detectado indicios de códigos genéticos extintos que precederían al ADN actual, sugiriendo que las primeras formas de vida utilizaban un sistema completamente diferente para codificar proteínas.
Este hallazgo podría revolucionar nuestra comprensión del origen de la vida y abrir nuevas vías en la búsqueda de vida extraterrestre.
El código genético actual se basa en 20 aminoácidos, los bloques básicos de las proteínas. Casi todas las formas de vida en la Tierra comparten este mismo código, que permite a las secuencias de ADN o ARN traducirse en proteínas esenciales para la vida.
El nuevo estudio liderado por Sawsan Wehbi, de la Universidad de Arizona, sugiere que esta evolución no fue tan lineal como se pensaba.
El equipo descubrió que los primeros organismos preferían aminoácidos más pequeños y que aquellos basados en azufre fueron incorporados al código mucho antes de lo estimado por los modelos tradicionales.
Estos hallazgos cuestionan la validez de experimentos clásicos, como el de Urey-Miller en 1952, que simulaban las condiciones químicas primitivas de la Tierra y generaron aminoácidos a partir de compuestos inorgánicos, pero no incluían aminoácidos sulfúricos.
Estos resultados desafían lo que sabemos sobre el origen del código genético, afirma Joanna Masel, coautora del estudio.
Nos dan pistas sobre otros códigos genéticos que existieron antes del nuestro y que se han desvanecido en el tiempo geológico.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores utilizaron un nuevo enfoque basado en el análisis de dominios proteicos, fragmentos más cortos y conservados a lo largo de la evolución.
Al comparar secuencias de aminoácidos desde el último ancestro común universal (LUCA) hasta organismos más primitivos, encontraron patrones sorprendentes.
Más de 100 familias de proteínas databan de una época anterior a LUCA y contenían aminoácidos con estructuras de anillo aromático, como el triptófano y la tirosina, que se incorporaron tardíamente al código genético actual.
Este descubrimiento no solo modifica nuestra visión sobre la evolución de la vida en la Tierra, sino que también tiene implicaciones para la búsqueda de vida extraterrestre.
Según Dante Lauretta, experto en cosmoquímica y coautor del estudio: La riqueza en azufre de las primeras formas de vida es relevante para la astrobiología.
Mundos como Marte, Encélado y Europa poseen abundantes compuestos de azufre en su superficie y atmósfera.
Si la vida temprana en la Tierra dependía del azufre, es posible que organismos extraterrestres hayan seguido un camino evolutivo similar.
Esto podría redefinir la forma en que buscamos biofirmas, señales de vida, en exoplanetas y lunas del sistema solar.
El hallazgo de un posible código genético extinto abre una nueva era en la biología evolutiva.La posibilidad de que múltiples versiones del código coexistieran antes de imponerse el estándar universal invita a reevaluar experimentos previos sobre el origen de la vida y ofrece nuevas estrategias para la búsqueda de vida fuera de nuestro planeta.
Si existen rastros de códigos genéticos perdidos en nuestro mundo, podría haber otros esperando ser descubiertos en las profundidades del universo.