La superficie terrestre, con su exuberante variedad de vida, ha sido tradicionalmente la principal fuente de estudio para comprender la biología.
Un nuevo estudio revela que las profundidades del planeta albergan una riqueza de ecosistemas subterráneos igual de fascinantes y diversos.
Investigadores liderados por Emil Ruff, del Laboratorio de Biología Marina MBL de Woods Hole, han desafiado las creencias preconcebidas sobre la vida en el subsuelo.
Durante mucho tiempo se pensó que la ausencia de luz solar y la escasez de energía convertían al subsuelo en un lugar inhóspito para la vida.
Ruff y su equipo encontraron comunidades microbianas prosperando en estas condiciones extremas.
Los hallazgos, publicados en Science Advances, revelan que los ecosistemas subterráneos podrían albergar más de la mitad de todas las células microbianas del planeta.
Estos microbios han desarrollado adaptaciones increíbles para sobrevivir donde los recursos son limitados, explica Ruff.
Han ralentizado su metabolismo a niveles asombrosos, permitiéndoles vivir durante décadas, incluso siglos, entre divisiones celulares.
Las muestras analizadas provenían de una amplia gama de hábitats subterráneos alrededor del mundo: rocas, acuíferos, sedimentos profundos de desiertos, manantiales, el fondo del océano y otros entornos.
La comparación con sedimentos poco profundos y agua de océanos y lagos permitió a los investigadores comprender mejor la diversidad microbiana en diferentes profundidades.
Las investigaciones revelaron que las bacterias Proteobacterias son abundantes tanto en el subsuelo terrestre como marino.
Estas bacterias poseen la capacidad de oxidar compuestos dañinos como el monóxido de carbono, contribuyendo a la mitigación del cambio climático.
Las arqueas, como las Euryarchaeota, prosperan en ambientes extremos y producen metano al reducir dióxido de carbono, una fuente de energía renovable prometedora.
Por otro lado, las Asgararchaeota son particularmente interesantes porque son los parientes más cercanos a los eucariotas, lo que podría ayudar a comprender cómo evolucionó la vida compleja.
Este descubrimiento tiene implicaciones profundas para nuestra comprensión de la vida en la Tierra y más allá.
La existencia de ecosistemas subterráneos tan ricos en diversidad cambia nuestra percepción de los límites de la vida.
La investigación de Ruff nos muestra cuán resiliente puede ser la vida, afirma , biólogo especialista en astrobiología.
Estas comunidades microbianas, adaptadas a las condiciones más extremas, inspiran la búsqueda de vida en otros planetas.
El estudio sugiere que comprender mejor la vida subterránea en la Tierra podría ayudar a determinar si alguna vez hubo vida en Marte y si aún podría existir en su subsuelo.
La posibilidad de encontrar evidencia de vida microbiana en otro planeta sería un hito monumental para la ciencia.