La empresa aeroespacial SpaceX, liderada por Elon Musk, experimentó un momento agridulce durante el séptimo vuelo de prueba de su ambicioso cohete Starship, diseñado para transportar humanos a la Luna y Marte.
Si bien la etapa inferior, Super Heavy, logró un aterrizaje exitoso, la etapa superior sufrió una catastrófica falla, desintegrandose en el cielo sobre el Caribe.
Este evento ha generado debate entre expertos y aficionados al espacio, quienes analizan tanto las innovaciones como los desafíos técnicos que rodean a este programa.
El lanzamiento, realizado desde Boca Chica, Texas, comenzó con éxito.Super Heavy, equipado con 33 motores Raptor, logró despegar y regresar de forma impecable al punto de lanzamiento, una hazaña crucial para el desarrollo del sistema reutilizable de SpaceX. Sin embargo, la etapa superior Starship experimentó problemas a poco más de ocho minutos después del despegue: algunos de sus motores se apagaron prematuramente, provocando la pérdida de comunicación con la nave y su posterior desintegración.
Videos difundidos en redes sociales muestran impresionantes destellos luminosos en el cielo, evidenciando el trágico final de la prueba.
Kate Tice, presentadora oficial de SpaceX, confirmó el incidente: Podemos confirmar que perdimos la nave.
La etapa superior no logró alcanzar su trayectoria suborbital ni realizar el amerizaje planeado en el Océano Índico, dejando inconclusas varias metas de la misión.
A pesar del revés, este séptimo vuelo de prueba introdujo modificaciones clave en el diseño de Starship, como tanques de mayor capacidad, un rediseño de las aletas y del escudo térmico, y un sistema de despliegue de satélites inspirado en un dispensador de caramelos PEZ, con 10 satélites de prueba que simulaban la futura red Starlink.
La falla impidió evaluar adecuadamente estas innovaciones.
El éxito es incierto, pero el entretenimiento está garantizado, comentó Elon Musk en su cuenta de X, mostrando su optimismo a pesar del incidente.
Este incidente podría generar retrasos significativos en los planes de SpaceX de aumentar los lanzamientos anuales desde Texas.
La compañía había solicitado pasar de cinco a 25 lanzamientos para acelerar las pruebas y perfeccionar el diseño del Starship.
La investigación de la Administración Federal de Aviación (FAA) sobre la lluvia de escombros registrada sobre el Caribe podría ralentizar el programa.
A pesar de este revés técnico, Starship sigue siendo un pilar fundamental para las misiones espaciales tripuladas de la NASA y los planes de colonización de Marte de Elon Musk.
La NASA ya ha contratado a SpaceX para desarrollar una versión del Starship que transportará astronautas desde la órbita lunar hasta la superficie como parte de la misión Artemis III, programada para 2027.
El séptimo vuelo de prueba del Starship se convierte en un recordatorio del camino empinado que enfrenta la exploración espacial: un sendero recorrido por éxitos y contratiempos, pero que, en última instancia, nos acerca a nuevas fronteras en el cosmos.