La generación millennial ha decidido retrasar significativamente la maternidad, buscando primero estabilidad laboral y económica.
Esta decisión trae consigo nuevos desafíos que ponen a prueba su capacidad para equilibrar vida personal y profesional.
Muchas mujeres de esta generación descubren que conciliar trabajo y crianza es más complejo de lo anticipado.
Las mujeres millennials están enfrentando un dilema, explica la psicóloga especializada en desarrollo familiar, María Elena Sánchez.
Han invertido en su educación y carrera, pero al llegar a una edad donde desean tener hijos, se encuentran con obstáculos como la falta de apoyo laboral y la dificultad para conciliar ambas responsabilidades.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística, la edad promedio al primer parto ha aumentado a los 27 años, evidenciando una tendencia en ascenso.
Este cambio está impulsado por factores como el alto costo de vida, la necesidad de seguridad económica y la búsqueda de mayor desarrollo profesional antes de asumir la responsabilidad de criar hijos.
No obstante, la postergación de la maternidad también acarrea dificultades para concebir debido a los cambios biológicos relacionados con la edad.
A pesar de que existen tratamientos de fertilidad, estos son costosos y no garantizan resultados.Además, el reto no termina con el nacimiento del bebé.
La conciliación laboral y familiar se convierte en un obstáculo significativo.
Muchas empresas ofrecen beneficios para la fertilidad, pero la verdadera problemática surge después del nacimiento, puntualiza Ana Pérez, directora de una ONG dedicada al apoyo a las familias.
Falta flexibilidad laboral, licencias de maternidad extensas y opciones asequibles de cuidado infantil.
Las mujeres millennials se enfrentan a la presión social y laboral por desempeñar ambas funciones con eficiencia.
Muchas renuncian a beneficios como la lactancia prolongada o licencias extendidas para no afectar su carrera profesional.
Algunas deciden tomar una pausa en sus carreras, lo cual ha comenzado a normalizarse gracias a plataformas que permiten destacar este tipo de pausas en el currículum.
Es necesario crear un entorno laboral más inclusivo y flexible que apoye a las madres trabajadoras, concluye María Elena Sánchez.
Sin cambios estructurales en la cultura laboral y políticas de conciliación, las mujeres seguirán enfrentando estos desafíos.