Un video que circula por internet muestra una inusual batalla entre un perro robot y un dron, disparándose fuegos artificiales en un combate que parece sacado de una película de ciencia ficción.
La grabación, compartida ampliamente en redes sociales chinas, ha generado intenso debate sobre el papel de la robótica y la inteligencia artificial en los conflictos futuros.
Aunque algunos interpretan las imágenes como una premonición de las guerras del mañana, expertos advierten que aún falta tiempo para que este tipo de enfrentamientos se materialicen en campos de batalla reales.
La guerra entre máquinas ya es una realidad, afirma Missy Cummings, profesora de ingeniería en la Universidad George Mason y directora del Centro de Autonomía y Robótica de Mason.
Los avances en inteligencia artificial nos han permitido desarrollar drones y robots capaces de identificar y atacar objetivos sin intervención humana.
Cummings sostiene que la escena del video aún dista mucho de la realidad militar actual.
Si bien existen sistemas automatizados como misiles tierra-aire que pueden disparar a drones de forma autónoma, explica, la idea de perros robots luchando contra drones sigue siendo más un concepto experimental que una estrategia viable de combate.
Cummings añade que, incluso si estos robots llegaran a utilizarse en el campo de batalla, sus sensores siguen siendo vulnerables a tácticas sencillas como arrojar talco para bebés para bloquear su visión.
El video muestra al dron maniobrando hábilmente para esquivar los proyectiles luminosos lanzados por el perro robot.
Este último, equipado con fuegos artificiales en la parte trasera, ataca con una cadencia rápida, mientras que el dron responde desde el aire con su propio arsenal pirotécnico.
Aunque no se confirma si ambas máquinas eran completamente autónomas o estaban siendo controladas a distancia, al menos una persona parece estar pilotando el dron.
El lugar de grabación y los organizadores del enfrentamiento siguen sin confirmarse, pero la presencia de varias personas alrededor de la escena sugiere que se trató de un experimento organizado más que de un encuentro espontáneo.
Aunque no queda claro quién resultó vencedor en este combate ficticio, tanto el dron como el perro robot terminan inmovilizados al final del enfrentamiento.
El perro parece haber agotado sus municiones, mientras que el dron continúa lanzando fuegos artificiales sin un objetivo claro.
Este curioso enfrentamiento, aunque recreativo, refleja el creciente interés por la robótica aplicada a la guerra y plantea interrogantes sobre el futuro de los conflictos militares.
La tecnología avanza a pasos agigantados, y aunque aún falta mucho para ver combates completamente autónomos entre máquinas, la línea entre la ciencia ficción y la realidad se está desdibujando cada vez más.