Un incidente inusual ha generado preocupación en la comunidad médica: una mujer de 37 años, con antecedentes de consumo de sustancias ilegales, fue internada en un hospital en California después de inyectarse deliberadamente veneno de viuda negra.
Esta acción sin precedentes desafía los parámetros habituales de salud pública y pone de manifiesto las potenciales consecuencias letales del uso indebido de sustancias tóxicas.
La paciente mezcló los restos triturados de una araña viuda negra con agua destilada y se autoadministró la solución por vía intravenosa.
Aproximadamente una hora después, comenzó a experimentar síntomas como dolor muscular severo en diversas partes del cuerpo, cefalea, ansiedad, hipertensión arterial y fiebre leve.
El ingreso al hospital reveló que los síntomas coincidían con el latrodectismo, un síndrome provocado por el veneno neurotóxico de la viuda negra.
Aunque una mordedura típica inyecta una pequeña cantidad de veneno (0,2 mg), en este caso, la paciente pudo haber absorbido una dosis mucho mayor, lo que intensificó significativamente su toxicidad.
Este caso es excepcional por la inusual forma en que se produjo la exposición al veneno, afirma un experto en toxología que prefiere mantener el anonimato.
Aunque las picaduras de viuda negra son comunes en Estados Unidos (se reportan aproximadamente 2.600 casos anuales), la autoinyección intencional del veneno es extremadamente rara.
La evolución clínica fue rápida y compleja: en cuestión de horas, la paciente desarrolló graves dificultades respiratorias que requirieron su traslado a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
La presencia de asma preexistente y una posible reacción alérgica a las proteínas del veneno complicaron aún más la situación.
El uso del antiveneno se descartó debido al riesgo de anafilaxia, una reacción alérgica grave e inmediata que podría haber agravado su estado respiratorio.
La administración de antiveneno en este caso era demasiado arriesgada, explica el especialista.Tenía que priorizarse la estabilización respiratoria.
El tratamiento consistió en gluconato de calcio para aliviar los calambres musculares, morfina para el dolor, albuterol para tratar el asma y metilprednisolona para reducir la inflamación.
Posteriormente, se añadió un nebulizador para facilitar la respiración y lorazepam para controlar los espasmos musculares.
Tras dos días de tratamiento intensivo, la paciente recuperó su capacidad respiratoria, los espasmos cesaron y fue trasladada a una sala general.
Un día después, recibió el alta con recomendaciones de seguimiento médico para su asma y administración de esteroides orales para prevenir complicaciones.
El caso de esta mujer destaca los riesgos extremos del uso indebido de sustancias tóxicas y cómo el veneno de la viuda negra puede ser potencialmente letal si se administra en grandes cantidades.
Si bien la mayoría de las mordeduras de araña no son fatales, la forma inusual en que esta paciente se expuso al veneno la llevó al borde de la insuficiencia respiratoria.