Un equipo de investigadores españoles ha desarrollado Explorer, un exoesqueleto infantil autónomo que promete revolucionar la vida de niños con afectación de marcha.
Este avance tecnológico, fruto de la colaboración entre Marsi Bionics, el CSIC y cuatro hospitales de Madrid, permitirá a estos niños caminar con más autonomía tanto en su hogar como en entornos exteriores.
El proyecto, respaldado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades a través del PERTE para la Salud de Vanguardia, surge de la demanda misma de los niños que utilizaban ATLAS 2030, el primer exoesqueleto pediátrico desarrollado por Marsi Bionics en colaboración con el CSIC. Este nuevo dispositivo, aún en fase de prototipo, se diferencia por su uso personal y cotidiano, trasladando la tecnología clínica al ámbito familiar.
Este es un ejemplo del impacto positivo que los fondos europeos pueden tener en la sanidad, afirma Raquel Yotti, comisionada del PERTE para la Salud de Vanguardia.
Con instrumentos novedosos de colaboración público privada se están obteniendo resultados tangibles que no solo mejoran el bienestar de los ciudadanos, sino que también impulsan el desarrollo económico.
Explorer cuenta con cuatro motores que imitan el funcionamiento natural del músculo y ofrece dos modos de funcionamiento: un modo de intención de movimiento, donde el exoesqueleto complementa la fuerza del usuario para avanzar; y un modo automático, donde el movimiento es constante a la velocidad seleccionada.
Incorpora un asiento automático que transforma el dispositivo en una silla de descanso integrada, mejorando la comodidad del niño en su día a día.
Se ha realizado un trabajo especialmente enfocado a la realización de un ensayo clínico que garantizara la seguridad y eficacia del dispositivo, explica Olga Arroyo, jefa del Servicio de Rehabilitación del Hospital Universitario Gregorio Marañón.
Más de 40 familias han participado activamente en las pruebas, tanto en su domicilio como en exteriores, lo que demuestra el compromiso de los investigadores por acercar las últimas tecnologías al entorno cercano del niño.
La inversión total del proyecto asciende a 2,2 millones de euros provenientes de los Fondos Europeos Next Generation EU. Marsi Bionics ha recibido 903.313 euros a través del CDTI, mientras que el CSIC ha contado con 789.303 euros del Instituto de Salud Carlos III. Los Hospitales de la Comunidad de Madrid pertenecientes al SERMAS han recibido 664.072 euros de estos fondos.
La colaboración entre el CSIC y Marsi Bionics ejemplifica cómo la transferencia de tecnología puede generar soluciones innovadoras con un profundo impacto social, afirma Eloísa del Pino, presidenta del CSIC. Este exoesqueleto es un ejemplo claro de cómo la ciencia al servicio de las personas puede mejorar sus vidas.