El acelerado deshielo del Ártico, consecuencia directa del cambio climático, pone en grave peligro a una de sus especies más emblemáticas: el oso polar.
Un reciente estudio publicado en la prestigiosa revista Science, realizado por investigadores de la Universidad de Toronto Scarborough, revela una reducción drástica en la población de osos polares en la Bahía de Hudson, Canadá.
En los últimos 50 años, su número se ha desplomado en un 50%, lo que coloca a esta especie en el precario borde de la extinción.
La principal causa de este descenso alarmista es la reducción del hielo marino, esencial para la supervivencia del oso polar.
El hielo actúa como plataforma desde la cual estos depredadores cazan focas, su principal fuente alimenticia.
El cambio climático ha acelerado el derretimiento del hielo marino, privando al oso polar de la plataforma que necesita para cazar, explica Elizabeth Peacock, coautora del estudio.
A medida que el hielo se derrite antes en primavera y se congela más tarde en otoño, los osos tienen menos tiempo para alimentarse, lo que los obliga a ayunar durante períodos cada vez más prolongados.
Consecuentemente, los osos polares enfrentan un círculo vicioso de desnutrición y debilidad.Las hembras adultas han perdido, en promedio, 39 kilos en las últimas cuatro décadas, mientras que las crías han reducido hasta 26 kilos, lo que disminuye drásticamente sus posibilidades de supervivencia.
John P. Whiteman, investigador principal del estudio, advierte sobre la gravedad de la situación: El destino de los osos polares está estrechamente vinculado al estado del hielo marino.
Si el calentamiento global continúa al ritmo actual, los científicos predicen que los osos polares podrían desaparecer en menos de un siglo.
Más allá del impacto directo en esta especie icónica, el deshielo del Ártico altera el delicado equilibrio del ecosistema polar, poniendo en peligro a otras especies y amenazando la biodiversidad de la región.
La situación exige una acción urgente para frenar el cambio climático y proteger los hábitats polares.
La reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, la transición hacia energías renovables y la protección de áreas clave son medidas esenciales para asegurar la supervivencia del oso polar y preservar la integridad del ecosistema ártico.