Tras una ausencia de tres mil años, el demonio de Tasmania, el marsupial carnívoro más grande del mundo, ha comenzado a recolonizar Australia continental gracias a un ambicioso programa de reintroducción liderado por organizaciones ambientales.
El éxito inicial de este proyecto ofrece esperanza para la recuperación de esta emblemática especie y el restablecimiento del equilibrio ecológico del continente.
En 2020, Aussie Ark, en colaboración con Re:wild, WildArk y el Australian Reptile Park, liberó a un grupo inaugural de demonios de Tasmania en un santuario protegido de Nueva Gales del Sur.
A este esfuerzo se sumaron posteriores liberaciones, incrementando la población en un entorno controlado y seguro.
La culminación de este programa llegó en 2023 con el nacimiento de tres crías sanas de Lisa, una de las primeras hembras liberadas.
Este hito marcó el primer nacimiento confirmado en estado salvaje en Australia continental en miles de años.
Se espera que este año nazcan al menos 45 nuevas crías en el santuario, afirma Tim Faulkner, director de Aussie Ark.
La importancia del proyecto reside en el papel fundamental que los demonios de Tasmania desempeñan como carroñeros naturales.
Estos animales contribuyen a controlar la propagación de enfermedades y la sobrepoblación de especies invasoras, como los gatos y zorros salvajes.
Su reintroducción es esencial para restaurar el equilibrio del ecosistema australiano.
la conservación del demonio de Tasmania enfrenta un desafío crucial: el tumor facial transmisible del demonio de Tasmania (DFTD), una rara forma de cáncer contagioso que ha diezmado hasta el 90% de la población en la isla de Tasmania desde su aparición en la década de 1990.
Este cáncer se propaga a través de mordidas durante peleas o interacciones sociales.
A pesar de este obstáculo, la esperanza reside en la resistencia que algunos demonios han desarrollado a la enfermedad gracias a una mutación genética.
Un estudio publicado en la Berkeley Scientific Journal destaca que esta mutación, ubicada en el gen RASL11A, podría ser crucial para la supervivencia de la especie.
Los científicos también están explorando programas de vacunación y cría en cautiverio para fortalecer la diversidad genética y aumentar la resistencia al DFTD.
El éxito inicial del programa de reintroducción ha inspirado a los conservacionistas a considerar la restauración de otras especies australianas en peligro.
Aussie Ark planea reintroducir más animales clave en los próximos años, incluyendo quolls orientales, wallabies de roca de cola de cepillo, bettongs rufos y bandicoots marrones del sur, con el objetivo de restablecer un ecosistema más equilibrado y sostenible.
Este es un gran ejemplo de cómo devolver una especie a su hogar salvaje puede reconstruir todo el ecosistema, afirma Anice Chanson, miembro de Re:wild.
El regreso del demonio de Tasmania al continente australiano representa un paso significativo en la conservación de la biodiversidad.
Aunque existen desafíos por delante, la reproducción en estado salvaje y el crecimiento de la población son señales prometedoras para el futuro de esta especie icónica.