La inteligencia artificial (IA) está revolucionando el campo de la arqueología al desvelar secretos ocultos en manuscritos antiguos.
Un reciente ejemplo es el descifrado de un pergamino romano de más de 2.000 años de antigüedad, hallado entre las ruinas de Herculano tras la erupción del Vesubio en el año 79 d.C.
El artefacto, devastado por las cenizas volcánicas y el paso del tiempo, permaneció inaccesible hasta ahora.
Un equipo de investigadores liderados por Brent Seales de la Universidad de Kentucky, en colaboración con el proyecto Vesuvius Challenge, utilizó una combinación innovadora de tecnología.
Un sincrotrón, que emite rayos X, permitió digitalizar el pergamino tridimensionalmente sin dañarlo.
Posteriormente, una IA analizó los datos y logró descifrar partes del texto, revelando fragmentos de un término griego antiguo equivalente a desgusto en la actualidad.
Este hito representa un avance sin precedentes en la arqueología, abriendo nuevas posibilidades para el análisis de documentos antiguos deteriorados.
Organizaciones como la Biblioteca Bodleian de la Universidad de Oxford albergan pergaminos similares que podrían ser estudiados con esta tecnología.
Esta tecnología emergente nos permite acceder a conocimientos perdidos y comprender mejor las culturas del pasado, afirma Seales, resaltando la importancia de la IA en este proceso.
El éxito del proyecto ha llamado la atención de figuras influyentes como Elon Musk, quien ha expresado interés en invertir en el desarrollo de esta tecnología.
Conocer más sobre nuestras raíces culturales y la evolución de la humanidad es fundamental para nuestro futuro, declaró Musk, destacando el potencial de la IA para transformar nuestra comprensión de la historia.
Este avance tecnológico promete revolucionar el estudio del pasado, permitiendo a los investigadores explorar nuevos horizontes en la arqueología y la historia.