La proliferación de luces artificiales en entornos urbanos ha generado un problema creciente conocido como contaminación lumínica, que dificulta la apreciación del cielo nocturno y la observación de fenómenos astronómicos.
Este fenómeno no debe desanimar a los amantes del cosmos, ya que existen estrategias para minimizar su impacto y disfrutar de la belleza del universo incluso desde las ciudades más iluminadas.
La contaminación lumínica es una realidad que afecta nuestra percepción del cielo nocturno, explica el astrónomo , pero con un poco de conocimiento y preparación, podemos encontrar formas de combatirla y seguir maravillándonos con los espectáculos celestes.
Los efectos de la contaminación lumínica son evidentes en la disminución de la intensidad de las estrellas visibles a simple vista.
En áreas rurales, donde la oscuridad es mayor, se puede apreciar una cantidad considerable mayor de estrellas que en zonas urbanas.
La escala de Bortle, que mide la oscuridad del cielo, ilustra este fenómeno, con un valor de 1 representando el cielo más oscuro y 9 el más brillante de una gran ciudad.
A pesar de esta dificultad, varios objetos celestes siguen siendo visibles en ciudades con contaminación lumínica moderada.
La Luna, con su brillo intenso, destaca en la noche oscura, seguida por Venus, Marte y Júpiter, que también se pueden observar con facilidad en muchas ciudades, especialmente durante el invierno.
Las lluvias de meteoros, como las Perseidas y las Oriónidas, ofrecen oportunidades únicas para disfrutar del espectáculo cósmico.
Para aquellos que desean ampliar sus posibilidades de observación, existen herramientas tecnológicas que ayudan a superar los obstáculos de la contaminación lumínica.
Los telescopios equipados con filtros LPR (Light Pollution Reduction) bloquean la luz artificial proveniente de farolas y otros tipos de iluminación urbana, mejorando la claridad de la imagen.
La astrofotografía también se beneficia de estas tecnologías.Los filtros LPR en las cámaras DSLR reducen la influencia de la luz artificial, permitiendo capturar imágenes más nítidas de objetos celestes.
Incluso los binoculares pueden ser útiles para reducir la cantidad de luz dispersa y enfocar mejor la observación estelar.
La contaminación lumínica no tiene por qué impedirnos disfrutar del cielo nocturno, concluye , con un poco de esfuerzo, podemos encontrar formas de minimizar su impacto y reconectar con el universo.