La frontera entre los reinos animal y vegetal ha sido tradicionalmente bien definida.Sin embargo, el descubrimiento de la Elysia chlorotica, una babosa marina con la asombrosa capacidad de realizar fotosíntesis, está desafiando esta distinción ancestral.
Este fenómeno, resultado de una simbiosis única con las algas Vaucheria litorea, ha generado gran interés en la comunidad científica y plantea nuevas preguntas sobre la evolución y la biología celular.
La Elysia chlorotica habita en la costa este de Estados Unidos y Canadá.Su singularidad radica en su capacidad de incorporar cloroplastos, los orgánulos responsables de la fotosíntesis en las plantas, desde su alimento, la alga Vaucheria litorea.
A través del proceso de cleptoplastia, la babosa conserva estos cloroplastos funcionales dentro de su organismo.
Lo extraordinario es que E. chlorotica puede sobrevivir hasta nueve meses sin ingerir más algas, explica el profesor Sidney K. Pierce, uno de los investigadores que ha estudiado este fenómeno durante décadas.
Depende únicamente de la energía generada por la fotosíntesis gracias a los cloroplastos robados.
Las investigaciones del profesor Pierce han demostrado que la babosa no solo absorbe los cloroplastos, sino también genes esenciales para su funcionamiento provenientes del alga.
Esto sugiere la existencia de transferencia horizontal de genes (HGT), un mecanismo común en bacterias pero inusual en organismos multicelulares como E. chlorotica.
La presencia de estos genes en el ADN de la babosa es crucial para mantener la actividad de los cloroplastos a largo plazo, afirma un experto en biología celular.
De lo contrario, los cloroplastos serían degradados debido a la falta de soporte genético.
Este descubrimiento ha abierto nuevas perspectivas sobre la evolución y la capacidad de adaptación de los organismos.
La Elysia chlorotica representa un ejemplo fascinante de cómo la vida puede encontrar soluciones innovadoras para sobrevivir en entornos desafiantes.
El caso de esta babosa marina tiene importantes implicaciones científicas y tecnológicas.La posibilidad de inducir la fotosíntesis en animales a través de la manipulación genética podría revolucionar la bioingeniería, permitiendo el desarrollo de organismos autosuficientes que generen su propia energía.
Comprender los mecanismos de cleptoplastia en E. chlorotica podría inspirar avances en la creación de fuentes de energía renovables, señala un investigador especializado en bioenergía.
Aunque la idea de humanos que obtienen energía del sol sigue siendo especulativa, el estudio de esta babosa nos acerca a esa posibilidad.
En definitiva, la Elysia chlorotica nos recuerda la asombrosa diversidad y complejidad del mundo natural y abre nuevas puertas para la investigación científica en biología sintética y bioenergía.